Ciudad de México, 26 de julio (SinEmbargo).– Una de las principales anécdotas que recuerda es que un día una pareja entró en una de sus sex shop y tras descubrir la variedad de objetos y artículos que existían para el placer mutuo, gastó en unos cuantos minutos 23 mil pesos.
Experiencias como esta, le indicaron, hace 17 años, al empresario Guillermo Shiroma, director comercial de la franquicia de sex shop Erotika que iba por el camino correcto, pero para hacer un buen negocio, lo que tenía que hacer no era explotar el morbo sino darle un giro a este tipo de establecimientos para que en lugar de ser sitios oscuros fueran locales que atrajeran al público, que fueran agradables para las personas y que brindarán experiencias satisfactorias a sus consumidores.
Erotika cuenta con 67 tiendas a nivel nacional, de las cuales 27 son propias y el resto son franquicias.
Ahora, la empresa de Shiroma no solamente registra incrementos anuales de entre 20 y 23 por ciento anual, sino que también ha convertido a México en el segundo distribuidor de juguetes eróticos en América Latina, solamente después de Estados Unidos.
“Un plus que tenemos nosotros, en comparación con los distribuidores estadounidenses, es que nosotros conocemos el mercado sabemos qué es lo que le gusta al latino”, aseguró y añadió, que, en general, lo que más se vende en México y en América Latina son vibradores, lubricantes y lencería. Tan sólo en el caso de vibradores existen cerca de mil 200 tipos en el mercado.
Destacó que actualmente, Estados Unidos tiene 70% del mercado de América Latina y le sigue México con el 30 por ciento restante. Los países donde se vende la mercancía de manifactura azteca son principalmente Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Honduras y Colombia.
Aseguró que el mercado, tanto en México como en América Latina, se ha transformado y ya no ve el mercado de los juguetes sexuales como algo que deba esconderse sino como una necesidad para dar placer no sólo en lo individual sino para disfrutar en pareja.
La industria incluso ha empezado a utilizar materiales que son más amigables con el ambiente, como el silicón, que es más biodegradable que el caucho.
El silicón no guarda impurezas, dura más tiempo y es biodegradable, “va dirigido a la higiene”, dijo.
Hace 10 años, de cada 10 personas, de 25 años en adelante, alrededor de cinco conocían una sex shop, de acuerdo con Shiroma, ahora de cada 10, ocho las conocen.
Shiroma asegura que Erotika ha tenido un crecimiento de 20 a 23 por ciento anual; “sin embargo, no hay datos oficiales de la industria en México”, destacó Shiroma.
Erotika, cuenta con 67 tiendas a nivel nacional, de las cuales 27 son propias y el resto son franquicias. Algunos estados en los que se ubica la franquicia son, además del Distrito Federal, Puebla, Yucatán y Jalisco; “no hay estado que sea conservador en el que no estemos”.
LAS INNOVACIONES
“No estamos enfocados en vender artículos sexuales, sino en hacer más divertida la relación de pareja”, aseguró Shiroma, quien expresó que en la capital del país ya planean una expansión a centros comerciales catalogados como “plus”, a través de una nueva franquicia de lencería llamada “Pure Love”.
Entre las innovaciones de la industria, explicó que son cada vez menos los artículos que se fabrican con formas fálicas, pues lo que el comprador está demandando actualmente son productos especializados que den estimulación, masaje, penetración y que se puedan usar en pareja.
Actualmente, el juguete más vendido a nivel mundial es el llamado We-Vibe, un vibrador que estimula todas las zonas erógenas del área pélvica y que se puede usar en pareja. De febrero a julio lleva 6 mil unidades vendidas en el país. Actualmente el producto está agotado, por lo que hay lista de espera.
Otra de las innovaciones del mercado son los llamados OVO, vibradores con diferentes formas que tienen un precio entre 6 mil y 8 mil pesos.
Según Shiroma, hoy en día se pueden encontrar juguetes eróticos que van de los 25 pesos a los más de 8 mil pesos, dependiendo del gusto del cliente. En promedio un visitante de una sex shop puede llegar a gastar hasta mil 500 pesos.